Un niño sufrió un accidente de tránsito y perdió su
brazo izquierdo. Un día, le pidió a su padre que le permitiera aprender judo. Orgulloso
de su hijo, el padre busco inmediatamente un maestro y el niño empezó a recibir
clases tres veces a la semana. Pero curiosamente, el maestro lo entrenaba
especialmente en un solo movimiento del judo. Al pasar el tiempo, recalcaba
este movimiento, haciendo que practicara hasta perfeccionarlo. Luego de dos
meses, el niño se sorprendió al escuchar que el maestro lo había inscrito en un
torneo.
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“Maestro, yo solo he aprendido judo por
dos meses. Y solo domino un movimiento”.
Pero el
maestro insistió, hasta que llegó el día del torneo y asombrosamente, el niño
paso la primera, la segunda, hasta llegar a la tercera ronda. Superando todas
las expectativas, el niño llego hasta la final y gano el primer lugar!! Al regresar
a casa, preguntó a su maestro
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“¿Cómo logre ganar el primer puesto si
solo sé un movimiento y tengo un solo brazo?”
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“Existen dos razones. El movimiento que
has dominado perfectamente, es el movimiento más fuerte del judo, y es el único
movimiento de defensa para aquel ataque: es agarrar el brazo izquierdo”.
Al fin el niño logro entender cuál era el propósito
de su maestro.
Por muchos años he pasado llorando y renegando a causa de mis debilidades, sin embargo con el transcurrir del
tiempo veo como Dios viene transformando poco a poco estas mismas debilidades en FORTALEZAS. No es fácil pues es un morir diariamente a la carne. Sé bien que hay mucho por
recorrer, y he decidido continuar pase lo que pase; todo para gloria y honra de su nombre y para
cumplir la obra que se me encomendó.
¿Cuales son tus debilidades? ¿Estas dispuesta a entregárselas a tu Padre?
2 Corintios 12:9 "Y me ha dicho:
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto,
de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí
el poder de Cristo".
Bendiciones, reciban un fuerte abrazo.
Sonia