Un padre salió a pasear con su pequeño hijo. Como era verano y hacía calor, el padre se acostó debajo de un árbol mientras el niño jugaba a su alrededor.
Éste se quedo dormido mientras tanto el niño se alejo de él. Cuando despertó lo primero que hizo fue buscar al niño. Después de tanta búsqueda, llego al borde de un precipicio y mirando hacia abajo vio entre las piedras y arboles el cuerpo sin vida del pequeño.
Muchas veces cansados por las actividades del día, olvidamos a nuestros hijos y lo dejamos a su libre albedrio. Si son adolescentes, es más peligroso.
Como padres tenemos la responsabilidad de poner en práctica LA ORACION POR NUESTROS HIJOS.
No olvidemos que el enemigo anda alrededor de ellos, perturbando sus vidas de diferentes maneras. Por eso es necesaria nuestra oración, nosotros nunca tuvimos estudios para aprender a ser padres, pero si reconocemos nuestra incapacidad y solicitamos la intervención divina de Dios en sus vidas y en las nuestras; hará que estén guardados en todo tiempo y Él siempre estará vigilante en sus pasos y en los nuestros, a fin de ser cuidadosos en su crianza.
No todos los padres ven a sus hijos como don de Dios; sino que los ven como estorbo. Perdonemos si ellos nos ofenden, si son rebeldes, seamos sus amigos; no salgamos de casa sin antes orar por ellos y entregarlos a Dios bendiciendo sus vidas.
Samuel 1:27 y 28 "Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que pedí. Yo, pues lo dedico también a Jehová, todos los días que viva, será de Jehová."
Bendiciones.
Sonia